incendios forestales han afectado una superficie de más de 10.000 hectáreas de bosque seco en diferentes municipios del departamento; el área afectada representa el 25% del bosque seco del Tolima, un balance desalentador si se tiene en cuenta que este tipo de ecosistema es, de por sí, uno de los más degradados del país y alberga una amplia diversidad de especies de fauna y flora.
El bosque seco es el más afectado y frágil en nuestro país. De la totalidad que existía, solo nos queda el 8%, lo que quiere decir que una afectación del 25% es compleja, solamente en la revisión del tamaño.
Se deberán adelantar un plan de recuperación ambiental y social que permita, por un lado, restaurar zonas gravemente afectadas por las llamas y, por el otro, mitigar el impacto económico en familias y productores.
Las llamas consumieron más de 1.500 hectáreas de la reserva Yaví Pocharco de Natagaima y 20 hectáreas del Bosque de Galilea en Villarrica.