En los últimos días, desde las diferentes plataformas de monitoreo satelital, se obtuvieron varios reportes de la anomalía térmica existente en el fondo del cráter Arenas, los cuales registran niveles de energía bajos a moderados. Hoy, 04 de diciembre, uno de ellos superó el máximo valor detectado desde que este parámetro se monitorea en el volcán (año 2007). Asimismo, en los últimos meses, se ha venido observando que persisten las anomalías térmicas con niveles de energía moderados, mostrando una tendencia progresiva a valores levemente mayores.
Es de recordar que, los valores más altos en las anomalías térmicas se han observado en 2015 (durante el proceso de salida del domo de lava en el fondo del cráter), en 2017 (relacionados con el crecimiento de este mismo domo) y en este año, en abril (cuando el volcán se encontraba en estado de Alerta Naranja) y en octubre. Si bien todos estos cambios en la actividad del volcán están contemplados dentro del estado de Alerta Amarilla y son evidencia de su comportamiento variable e inestable, es importante no normalizarlos.
Aunque este estado de alerta por actividad volcánica indica que el volcán presenta menor inestabilidad y, en consecuencia, la probabilidad de una erupción considerable es menor, en cualquier momento puede desestabilizarse rápidamente, lo que conllevaría a cambiar a estado de Alerta Naranja o, incluso, Roja.