Entender el panorama colombiano no es una tarea fácil para los empresarios: el ministro de Salud propone una reforma tributaria, y el de Hacienda propone no matricular vehículos a combustión -tarea del Mincomercio, Industria y Turismo-.
En ese escenario no cayó bien en el sector automotor el comentario del ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, en el foro global del BID Lab, en donde propuso que “Colombia deje de matricular vehículos movidos por gasolina en 2040 y movilizarse hacia una industria de energías limpias”.
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La propuesta desconcertó porque las grandes ensambladoras GM y Renault siguen invirtiendo en el país con tecnologías recientes que, si bien son de combustión, contaminan mucho menos que el viejo parque en circulación en Colombia (cuya vejez se estima entre 18 y 20 años), la primera culminó una inversión de US$50 millones y sigue invirtiendo en lo que demanda el modelo Joy, que ahora se ensambla en Colombia.
Y la segunda adelanta un ambicioso plan de reconversión para que la planta reciba nuevos modelos y se abra la estructura a recibir ensamble de energías limpias.